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El estudio identificó que 4 de cada 10 estudiantes reportaron altos niveles de estrés, siendo más frecuentes en aquellos que cursan Nutrición y Kinesiología. En cuanto al estilo de vida, los estudiantes de Nutrición evidenciaron hábitos más saludables, lo que podría estar vinculado a su formación académica.
Con estos datos de relevancia para poder trabajar sobre el comportamiento y la energía de los jóvenes, se logró avanzar en la investigación sobre cronotipo y su vinculación con el estilo de vida, el estrés y factores de riesgo metabólicos en alumnos, que lleva a cabo la facultad de Ciencias de la Salud de la UCALP sede Bahía Blanca.
El trabajo es coordinado por la Dra. en Bioquímica, Jessica Mariela Lúquez, docente de la carrera de Nutrición, junto a su equipo conformado por las licenciadas en Nutrición Sofía Cudina, Milena Ripoll, Ana Elisei y la Dra. en Bioquímica Guadalupe Rodríguez Diez.
¿QUÉ ES EL CRONOTIPO?
Cuando se habla de cronotipo -determinado por el ritmo circadiano-, se refiere a la predisposición natural de una persona a dormir y despertarse en ciertos momentos del día, influenciada por su reloj biológico.
Así, hay tres tipos de cronotipos: madrugadores (alondras), sienten más energía y están más alertas por la mañana y tienden a acostarse temprano; vespertinos (búhos), experimentan su pico de energía y alerta por la tarde o noche y les cuesta más levantarse temprano; e intermedios, no tienen preferencia marcada por ninguna de las dos anteriores y su energía se mantiene más constante a lo largo del día.
Desde su inicio, el proyecto transitó una evolución significativa. En una primera etapa, se realizaron encuestas validadas para conocer el cronotipo, los hábitos de vida y la percepción de estrés de los estudiantes. A partir de esa base, el equipo avanzó hacia una segunda parte más profunda, que incorporó mediciones bioquímicas, antropométricas (medidas y proporciones del cuerpo humano) y de presión arterial, permitiendo correlacionar datos subjetivos con parámetros objetivos de salud.
HALLAZGOS PRELIMINARES Y AVANCES
Como se mencionó, uno de los primeros resultados obtenidos reveló que el cronotipo intermedio fue predominante entre los participantes, aunque se detectó una mayor proporción de cronotipo vespertino en estudiantes de Criminalística.
Los niveles de estrés fueron más frecuentes en los alumnos de las carreras de Nutrición y Kinesiología, identificándose, en general, que 4 de cada 10 estudiantes reportaron altos niveles.
En cuanto al estilo de vida, los estudiantes de Nutrición evidenciaron hábitos más saludables, lo que podría estar vinculado a su formación académica
La segunda etapa de la investigación fue posible gracias al convenio con el laboratorio IACA de Bahía Blanca y al trabajo conjunto con la Bioquímica Carla Lucarelli, jefa del departamento de Química Clínica. Esto permitió obtener resultados fiables en glucemia, colesterol y triglicéridos, asegurando la rigurosidad científica del estudio y fortaleciendo la formación práctica de los estudiantes involucrados.
Los análisis bioquímicos arrojaron en general parámetros normales, en línea con la juventud de la población estudiada.
Sin embargo, los datos antropométricos reflejaron tendencias preocupantes: los estudiantes con cronotipo vespertino, particularmente varones, presentaron mayor índice de masa corporal, circunferencia de cintura e índice cintura-estatura, indicadores asociados al riesgo cardiometabólico.
HÁBITOS Y RENDIMIENTO ACADÉMICO
Aunque el rendimiento académico no fue objeto de análisis directo en esta etapa, la Dra. Luquez anticipó futuras investigaciones en esa línea. Estudios previos sugieren que el cronotipo vespertino podría estar vinculado a un menor rendimiento académico y a estilos de vida menos saludables, lo que refuerza la importancia del abordaje integral de estos factores.
El estrés crónico, otro eje del estudio, se identificó como una variable que afecta los ritmos circadianos (ciclo biológico interno de aproximadamente 24 horas que regula los procesos físicos, mentales y de comportamiento en los seres vivos).
Aquellos estudiantes que reportaron mayor percepción de estrés, también manifestaron estilos de vida menos saludables, lo que podría incidir negativamente en su salud a largo plazo
FORMACIÓN ACADÉMICA Y EFECTOS SOBRE LA SALUD
El análisis también reflejó cómo la percepción del estilo de vida saludable influye en los resultados. Así como en Nutrición predominó un estilo de vida saludable y mejores parámetros físicos, en Criminalística esos resultados positivos fueron menos frecuentes. Esta diferencia sugiere que la formación académica tiene un impacto concreto en la adopción de conductas beneficiosas para la salud.
Actualmente, el proyecto ha concluido su fase activa de investigación. El equipo se encuentra en proceso de redacción y publicación de los resultados en una revista científica indexada, luego de haber presentado avances en jornadas institucionales y en un congreso nacional.
La Dra. Lúquez destacó el valor de estas investigaciones en la formación integral de los estudiantes ya que promueven el contacto con el método científico y las problemáticas reales de salud pública. Además, fortalecen el vínculo entre docencia, investigación y extensión.
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